Era un día de perros en el trabajo, en la oficina trabajábamos doce
mujeres en menos de cincuenta metros cuadrados y el aire acondicionado lo había
apagado la pelota de la encargada para ahorrar, según ella.
Acabábamos de entrar del bocadillo en el cual mi amiga Marta nos había estado
enseñando las fotos que se hace mientras se folla a su amante, o por lo menos a
uno de ellos. Con lo feúcha que es no entiendo como lo hace.
Después del descanso y con el calor que hacía se notaba cierta tensión en la oficina; mi actual pareja me a dicho muchas veces, que seria increíble podernos poner a todas cachondas a la vez un día, para ver qué pasaba. Pues creo que ese día ha llegado. Cuando venga por mí a la hora de salir le voy a dar lo suyo.
Después del descanso y con el calor que hacía se notaba cierta tensión en la oficina; mi actual pareja me a dicho muchas veces, que seria increíble podernos poner a todas cachondas a la vez un día, para ver qué pasaba. Pues creo que ese día ha llegado. Cuando venga por mí a la hora de salir le voy a dar lo suyo.